Información Académica

Presentación académica

Es posible afirmar que la ingeniería tiene como base la creación técnica, que parece ser insensible a una determinación amplia de la situación que ha de transformar. En apariencia, se sustenta sobre una racionalidad instrumental, que puede volverla manejable. Sin embargo, la realidad es que la labor de la ingeniería parte de una racionalidad técnica, que busca respuestas desde la ciencia y su método en pro de la mejora de la vida de todas las personas.

Tomando como referencia lo expresado por Broncano (Reunión Nacional ACOFI, 2011), sobre la relación entre ingeniería y humanismo:

…el ingeniero es uno de los intérpretes, un intérprete privilegiado, de hecho, de las necesidades y posibilidades de la cultura material[1]

Los nichos de la cultura material están hechos de flujos de materia, energía e información que, como cualquier otro nicho ecológico, son explotados por los organismos que los habitan con mayor o menor eficiencia. La cultura material determina un marco de necesidades y un horizonte de posibilidades. Ser capaz de leer e interpretar este espacio exige conocimiento, pero también imaginación y capacidad de proyectarse en lo que aún no existe si no es como posibilidad.

En este mismo sentido, el autor expresa bajo su consideración cuál es el rol y los retos de profesional en ingeniería:

… deberíamos repensar cuál ha sido realmente el papel del ingeniero en la transformación de la cultura material para encontrar nuevos enfoques a la educación. No necesitará probablemente nuevos códigos, ni más formaciones técnicas que las estrictamente necesarias para su tarea, pero lo que sí necesitará es cambiar su mirada hacia las cosas. Dejar de verlas como instrumentos y comenzar a verlas como significados, como complejos de relaciones que transformarán en el futuro las posibilidades humanas. Ejercer esa forma nueva de humanismo que significó la conciencia técnica. Es en su autoconciencia como agente creador de funciones y tramas en la cultura material, donde podemos encontrar la fuente de las nuevas capacidades que le exige el mundo contemporáneo.

Es relevante que la ingeniería trabaje en contar mejor la historia: hacerla humana, impactante, auténtica y comunicarla más ampliamente. La actividad del profesional de la ingeniería promueve impactos económicos, ambientales y sociales positivos. Por ello, desde el proceso de formación, además de formar con las características propias de la disciplina, adecuadas a los estudiantes de hoy, es necesario que las habilidades humanas, como el análisis crítico, pensamiento estratégico, resolución de problemas, comunicación, liderazgo, gestión y empatía, se vuelvan más valiosas tanto para el curriculum académico, el éxito profesional como para el desarrollo social y económico.[2]

Tomando estas referencias y los retos del mundo actual y futuro, es necesario que la ingeniería y la educación en ingeniería asuman los desafíos que este cambiante mundo impone, con las restricciones técnicas, ambientales, sociales, culturales y financieras en cada uno de los entornos cada vez más complejos en que lleva a cabo su labor, buscando desde su capacidad de creatividad llevarla a la innovación para favorecer una mejor calidad de vida.

[1] Cultura material: disciplina de la antropología, la que estudia los nichos y entornos de artefactos en los que discurre la vida cotidiana contemporánea. Un entorno de artefactos es una red de objetos constituida por funciones que se relacionan unas con otras en un tejido de interdependencias que constituyen el marco que hace posible nuestra vida contemporánea.
[2] Adaptado de: https://www.weforum.org/stories/2019/12/engineering-industry-future-skills-and-talent/