En las definiciones sobre la ingeniería, pueden presentarse diferencias de acuerdo al énfasis en que se propongan, pero todas ellas confluyen en que su labor va dirigida siempre al bienestar de la humanidad, con soluciones que además de ser técnicas y económicamente viables, sean promotoras del desarrollo social de forma sostenible.
Bajo este contexto, es importante que el proceso de formación de los futuros ingenieros apropie a través de cada disciplina de la profesión, desafíos que incluyan capacitación de una fuerza laboral interdisciplinaria, liberando así su imaginación y experiencia para resolver situaciones complejas y anticipando las innovaciones que serán importantes, atrayendo una mayor diversidad e inclusión y trabajando mucho más para contar las historias extraordinarias e inspiradoras de nuestra industria.[1]
Los ingenieros durante su proceso de formación deben estar preparados para comprender los retos del momento y así desarrollar los futuros a los que se verán enfrentados:
“¿Es posible compatibilizar los estilos de vida modernos con la necesidad urgente de cambio? ¿Pueden las nuevas tecnologías desempeñar un papel trascendental? ¿Se pueden producir los grandes avances necesarios en la eficiencia ambiental de las tecnologías?
Los ingenieros se hallan en una posición privilegiada y muy influyente para innovar, diseñar y construir un futuro sostenible”. [2]
En este mismo sentido, en la Reunión Nacional ACOFI 2006, se expresaba:
“Así, nuestras aspiraciones es que los ingenieros continúen siendo los líderes hacia el uso del desarrollo sostenible, sabio, informado y económico. Estos deberán comenzar en nuestras instituciones educativas y fundarse en los principios primigenios básicos de la profesión de ingeniería y sus acciones.
Buscamos que en el futuro los ingenieros estén preparados para recibir los cambios, las fuerzas y tendencias mundiales y bajo una ética ayudar a la sociedad a crear el equilibrio en el nivel de vida tanto para los países desarrollados como para los países en vía de desarrollo”.[3]
Para lograrlo, las facultades, escuelas y programas de ingeniería son el escenario en el que directivos, profesores y estudiantes, desarrollen a través de su proceso de formación las habilidades precisas para responder a las exigencias propias de su disciplina, aplicadas a las necesidades a las cuales se enfrentarán en el contexto social de su actividad profesional:
“El
futuro exige soluciones más inteligentes y sostenibles, resistentes e
innovadoras y necesitamos una nueva generación de talento para ofrecerlas.”[4]
[1] Adaptado de: https://www.weforum.org/agenda/2019/12/engineering-industry-future-skills-and-talent/, traducción libre.
[2] Adaptado de: https://acofipapers.org/index.php/eiei2015/2015/paper/viewFile/1369/476
[3] El ingeniero colombiano del año 2020: retos para su formación. ACOFI 2006, traducción libre.
[4] Adaptado de: https://www.weforum.org/agenda/2019/12/engineering-industry-future-skills-and-talent/, traducción libre.